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Musicoterapia y Biomúsica, tercera parte

Musicoterapia y Biomúsica, tercera parte
 Biomúsica
Biomúsica, Usted habló de sonidos vocales.
Así es.  Nuestra voz posee una gran fuerza sanadora. Actúa sobre todas y cada una de las células del cuerpo y, de algún modo, nos modela y representa. La voz de una persona es su tarjeta de presentación, en ella está escrita su historia privada, sus emociones y su modo de ser. Nuestra voz es un libro abierto para un observador experimentado, porque es dinámica y delata el estado de ánimo y de salud en el que nos encontramos: la voz y el cuerpo están unidos indisolublemente. Más allá de estas generalidades, nos interesa uno de sus atributos básicos: nuestra voz posee una gran fuerza sanadora, ya que puede influenciar con sus vibraciones cada una de las células del cuerpo y podemos usarla terapéuticamente. Además, hay sonidos de la voz que resuenan con más facilidad en determinadas partes del cuerpo. Esto se debe no solamente a la frecuencia con que se los emita, sino también a una cierta predisposición de estos sonidos para resonar en esos precisos lugares. Al pronunciar nuestro nombre, por ejemplo, ponemos en movimiento una gran cantidad de factores subjetivos fuertemente vinculados a nuestra emotividad.   El propio nombre lleva en sí una gran cantidad de connotaciones ligadas a personas, objetos, lugares y situaciones. Decir nuestro nombre, repetirlo, cantarlo, hacerlo salir de nosotros mismos, puede ayudar a descargarnos de emocionalidad negativa.
Biomúsica ¿Puede dar ejemplos?
Cantando el sonido más grave que podamos entonar y palpando las zonas de cuerpo donde este tono resuena, podemos sentir sus vibraciones en el pecho y parte del vientre, la espalda y la zona de las costillas. Si probamos con un sonido medio, ni grave ni agudo, vibrará el cuello, las clavículas, la mandíbula inferior y parte de la nuca. Este segundo sonido se colocará un poco más arriba respecto al primero. Por último, si cantamos un sonido agudo, al volumen más alto que podamos, observaremos que vibran los huesos de la cabeza, la nariz, la frente y el paladar, o sea zonas más altas aún que las anteriores. Esto se debe al hecho de que cada frecuencia resuena en un lugar particular del organismo: mientras más agudo es el sonido producido o recibido, más hacia lo alto vibrará en nuestro cuerpo.Si prestamos atención a los instrumentos musicales, sentiremos que los que producen sonidos graves son percibidos prioritariamente por el vientre y el tórax. Los de sonido medio se ubican un poco más arriba que los anteriores y los de sonido agudo van directamente a la zona de la cabeza. 
Es decir que cada zona corporal posee un sonido con la cual resuena.El cuerpo es un aglomerado de energía y la música, energía más sutil, pueden entrar en relación. Si golpeamos suevemente, pero durante un buen rato, nuestro brazo, veremos que aparece una tenue mancha rosa que se hará más oscura si continuamos a golpear. El sonido actúa del mismo modo: hace afluir la sangre allí donde golpea. La sílaba RIN, por ejemplo, hace fluir la sangre a la zona de la nariz; si la pronunciamos en un tono agudo, sentiremos que sus vibraciones cosquillean justo en esta zona cuando entra en resonancia. Existen sonidos como M y N que resuenan en los huesos de la cabeza. M propaga sus vibraciones hacia el centro del cráneo, haciendo resonar la glándula pineal y la hipófisis. Cuando una glándula vibra es estimulada en su actividad: cantar un sonido, correctamente dirigido, influye sobre las funciones glandulares.
Esto ya era conocido ya en tiempos remotos o es un descubrimiento reciente. Claramente que los antiguos tal vez no hablaban de funciones glandulares, pero sabían muy bien que el sonido poseía propiedades particulares y lo utilizaban. Sus prácticas fueron  el origen de oraciones y plegarias que aún hoy continúan utilizándose, si bien su verdadero objetivo y significado se haya perdido o transformado con el tiempo.
Biomúsica ¿Se refiere a los mantras?  
Los mantras son palabras o frases  que se entonan como sonidos repetitivos y tienen una parte de su fundamento en esta propiedad del sonido. Además, muchas veces un mantra se basa solamente en su especial vibración, no posee un significado, ya que atribuírselo distrae la atención y ya no es sonido puro.
¿Entonces en Biomúsica se usan mantras? 
No exactamente. La emisión de vocales ocupa un lugar muy importante en Biomúsica. Son el centro de nuestro sistema. Pensemos en la letra A, mejor dicho en el sonido A, por ejemplo, acompaña muchas expresiones vocales de las personas, más allá del idioma que hable: la risa, el llanto, la satisfacción, el dolor, la alegría, la sorpresa, el desencanto y  toda una larga lista de sentimientos. Incluso los primeros momentos después de nacer y el último suspiro antes de la muerte, son expresados con este sonido particular. A se pronuncia en todas los idiomas, no solo por la conformación del aparato fonador, sino también porque este sonido encierra vibraciones primordiales del ser humano.
¿Y el resto de las vocales?
Otro ejemplo lo tenemos con el sonido I , que hace fluir la sangre a la zona de la nariz. Si lo pronunciamos en un tono agudo, sentiremos que sus vibraciones cosquillean justo en esta zona cuando entra en resonancia.Las vocales restantes se ubican aproximadamente del siguiente modo: E en la garganta, cuerdas vocales, laringe, tiroides. O  en el centro del tórax, diafragma, corazón. U en las vísceras abdominales. Es interesante marcar el hecho que las vocales resuenan predominantemente en las zonas nombradas, más allá de su entonación.
Biomúsica ¿Cómo actúa el sonido, entonces?  
El sonido de las palabras actúa por su frecuencia y por la carga emotiva de su significado. Las dos, frecuencia y carga, provocan reacciones fisiológicas y mentales. Esto quiere decir que una palabra posee un poder propio dado por su sonido particular y por la imagen que evoca. Como ejemplo pensemos en nuestro propio nombre y en todas las connotaciones que posee. Pronunciémoslo repetidamente, ya sea en voz alta o con el pensamiento, y observemos las imágenes que vienen a nuestra mente. Veremos cómo estas imágenes nos inducirán a determinados estados de ánimo de acuerdo a nuestra historia personal. Al pronunciar nuestro nombre ponemos en movimiento una gran cantidad de factores subjetivos fuertemente vinculados a nuestra emotividad. El propio nombre lleva en sí una gran cantidad de connotaciones ligadas a personas, objetos, lugares y situaciones. Decir nuestro nombre, repetirlo, cantarlo, hacerlo salir de nosotros mismos, puede ayudar a descargarnos de emocionalidad negativa.
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